sábado, 2 de enero de 2016

El Ensanche en la ciudad moderna española

Uno de los rasgos que mejor identifican a la ciudad moderna en España son los planes de ensanche y reforma interior que se llevaron a cabo en varias de las principales urbes del país.
Estos proyectos estaban encaminados a ubicar de forma más ordenada la creciente población, además de otorgar a la ciudad un trazado urbano más homogéneo y sencillo a la hora de dotar a las nuevas viviendas y calles de servicios urbanos y mejor salubridad.

Entre los proyectos de estas características, uno de los más importantes fue llevado a cabo por Ildefonso Cerdá, en 1860, para la ciudad de Barcelona. Se trataba de un ambicioso proyecto basado en unidades (manzanas) de 1,24 hectáreas de superficie, achaflanadas, separadas  entre sí por calles de anchura variable, siguiendo una estricta jerarquía.




Aunque el trazado es fundamentalmente regular, siguiendo una trama ortogonal, existen ciertas vías que lo cortan con el fin de respetar algunos antiguos viarios o permitir una comunicación más rápida y fluida entre grupos de manzanas, como en el caso de la avenida Diagonal, la avenida Medianera o el paseo de Gracia o la Rambla de Cataluña.




Este plan aumentó exponencialmente la superficie urbana de la ciudad, que rápidamente creció sobre su antiguo plano irregular medieval. Con el paso del tiempo, el propio ensanche del Plan Cerdá quedó inmerso en el espacio urbano barcelonés cuando se crearon nuevos barrios que rodeando el ensanche.



En el siguiente vídeo se pueden observar de forma resumida las principales características de este proyecto de Ensanche:




En este mapa interactivo se pueden observar los principales hitos turísticos del centro de Barcelona, algunos de los cuales se sitúan en el Ensanche:

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